sábado, 2 de mayo de 2009

Amabilidad ante todo

Amabilidad ante todo


por Melissa Alexander

Titulo Original: Kindness First



Original en : http://www.clickersolutions.com/



El artículo que se incluye a continuación apareció publicado en la revista Teaching Dogs. Al final de mis e-mails utilizo como firma la siguiente cita de Frederick W. Faber: "la amabilidad ha convertido más pecadores que el entusiasmo, la elocuencia o el aprendizaje". No cabe duda de que el teólogo del siglo XIX se estaba refiriendo a la conversión religiosa, pero a lo largo de mi vida esta cita me ha servido de inspiración en muchas situaciones, sobre todo a la hora de enseñar sobre perros y adiestramiento con el clicker a otras personas.



TODO MENSAJE NECESITA UN PÚBLICO RECEPTOR



Como profesores, queremos inspirar, informar y educar. No obstante, nuestra capacidad de influir trasciende las horas de clase. Cuando interaccionamos con alguien, está en nuestras manos cambiar una situación. Compartir el milagro del adiestramiento con el clicker es una experiencia excepcional. Sin embargo a veces es tan fácil verse involucrado en la importancia del mensaje que nos olvidamos de tener en cuenta las necesidades de la persona con la que estamos hablando.

Hace poco, una mujer entró en el foro de Clicker Solutions para comentar un problema. Estaba embarazada de siete meses y su querido Cocker Spaniel había empezado a asustarse de los niños pequeños y a ser agresivo con ello. ¿Qué podía hacer? Una mujer que estaba en el foro había pasado por la misma situación y, por desgracia, la historia no había tenido un final feliz por mucho que ella lo había intentado. Deseaba que esta mujer y su hijo no tuvieran que sufrir tanto como ella. "No es posible rehabilitar al perro sin poner a los niños en peligro", afirmó. "Es inútil". La mujer embarazada, comprensiblemente desconcertada, anuló su suscripción al foro.

Sinceramente, no sé si habría sido posible rehabilitar al perro o no. Desconozco la gravedad del problema y la dedicación o las destrezas de la mujer. Lo que sí sé es que la persona que le respondió tan sólo estaba pensando en los intereses de la mujer y del niño. Pero esa mujer nunca lo sabrá porque no llegó a escuchar el mensaje. Quien respondió estaba tan absorto en el mensaje que se olvidó de la persona en sí.



EL PRECIO DE "TENER RAZÓN"



Cuando alguien no escucha nuestro mensaje es muy fácil echar las culpas al oyente. Después de todo, tenemos la fuerza de nuestras convicciones. En último recurso sabemos que tenemos razón. Por desgracia, si "nosotros" tenemos razón, por definición "ellos" están equivocados, y hay pocas personas dispuestas a escuchar que no tienen razón. Se tapan los oídos, se cierran en banda y blindan los corazones. Puede que tener razón sea su única recompensa, pero puede resultar horriblemente solitaria.

Lo que sucede es que, incluso en el adiestramiento de perros, no es posible hablar de tener razón o no tenerla en los mismos términos que cuando hablamos de ver una situación en blanco y negro. Estamos ante una enorme extensión gris, sembrada de contingencias, condiciones y circunstancias. La realidad, más que dos extremos claramente definidos, es una totalidad continua en la que se suele encontrar casi todo el mundo. Una palabra de aliento basta para convencer a alguien para que siga adelante. Una palabra dura o sentenciosa (por mucho que "tenga razón") puede hacer retroceder a una persona.

Hace poco me embarqué en un nuevo proyecto en un taller de escritura. Llevaba varios meses dándole vueltas a una historia, y pasé varias semanas ordenando las piezas del rompecabezas de los distintos argumentos. Me entusiasmaba hablar con mi profesor sobre este proyecto. Pasado un tiempo, estaba lista para presentarlo. Las críticas fueron demoledoras. Mi profesor hizo una sincera evaluación del proyecto y sus críticas fueron muy precisas. Pero eso fue todo: ningún tipo de compasión, apoyo o comentarios ecuánimes. Eso me dolió y me enfadó. Le presenté la historia a otro profesor, y aunque hizo los mismos comentarios, luego invirtió el mismo tiempo en mencionar los aciertos y en comentar puntos en concreto "esta idea es muy buena. Sigue trabajándola". Uno se limitó a los hechos y a dar su opinión e hizo que perdiera la ilusión y que blindara el corazón. El otro fue un poco más amable y me alentó a que siguiera adelante y a que continuara trabajando.



CAMBIAR A OTROS, CAMBIARNOS A NOSOTROS MISMOS



No obstante, no todo el mundo es todo oídos y está ansioso por oír una palabra amable que le guíe hacia la tierra prometida. Algunas personas no sólo oponen resistencia al cambio, sino que llegan a defender enérgicamente un punto de vista contradictorio. A veces tenemos que tratar con personas que sabemos humildemente que no tienen razón, personas que a nuestro parecer se comportan de forma poco ética, inmoral, insultante o potencialmente peligrosa. Puede que esto sea cierto. Pero la amabilidad y la compasión puede cambiarnos.

Tenemos varias opciones si nos encontramos en una situación que nos incomoda:



* Evitar la situación o encontrar una solución alternativa que no contenga esos elementos que crean la tensión. Si la situación te resulta muy negativa, puede que esta sea la opción más adecuada. Personalmente no suelo participar en ciertos foros de debate porque las discusiones me ponen enfermo. El resultado es que las personas que participan en dichos foros y que puede que estén dispuestas a escucharme, al final no escuchan lo que tengo que decir. No obstante puedo ayudar a estas personas desde otros foros.
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* Varía la situación para que sea lo más llevadera posible. De vez en cuando adiestro en una escuela tradicional cerca de donde vivo. No debato los puntos de vista con los miembros ni contradigo a los profesores de la escuela. Simplemente me limito a adiestrar y me marcho si la tensión es tal que nos molesta a mí o a mi perro. He hecho amistades en esta escuela y he aprendido bastante. Asimismo he conseguido varios clientes a través de los amos, ya que me suelen ver como una persona razonable y abierta.
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* Esfuérzate en cambiar la situación actual. Sin duda alguna ganarás enemistades con este cambio. Céntrate en las soluciones de los problemas y no en las personas que están detrás de ellos. Defiende las soluciones que propones basándote en datos y en resultados, no en valores éticos o morales. Invierte tu energía en apoyar lo que crees y no en enfrentarte a lo que no crees.
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* Crea una situación distinta que se amolde a tus requisitos.Esta es la solución más acertada si lo que quieres es encontrar a otras personas que piensen como tú. Mi amiga Debbie Otero y yo hemos creado el foro de debate de ClickerSolutions porque no nos satisfacía ningún foro al que estábamos suscritas.



Todas estas opciones tienen algo en común: exigen un cambio de comportamiento. No se puede cambiar a alguien que no está dispuesto a cambiar. Sólo puedes cambiarte a ti mismo: tu comportamiento, tus propuestas y tu punto de vista.



CONCLUSIÓN



No me dedico a convertir a la gente (sean pecadores o de otro tipo), pero anteponer la amabilidad me ha servido para lograr cambios positivos que nunca habría conseguido sólo con hechos, opiniones o llamamientos emotivos. Los cambios podían ser pasos de gigante, pequeños pasos o simplemente la semilla de una idea que esperaba ansiosa la combinación perfecta de sol y lluvia. Algunas veces, si había suerte, yo también cambiaba.

Melissa Alexander

mcalex@clickersolutions.com

Copyright 2003 Melissa C. Alexander

AUTOR

Melissa Alexander

E-Mail: mcalex@clickersolutions.com

Web: Clicker Solutions

Traducido por : Marcos Randulfe Sanchez

marcosrandulfe@hotmail.com



Traductor e Intérprete profesional, licenciado por la Universidad de Salamanca y Máster en Traducción e Interpretación por la Universidad de Bradford (Inglaterra). Especializado en traducción de textos sobre adiestramiento de perros y traductor entre otros del libro The Culture Clash de Jean Donaldson para KNS Ediciones. Trabajos para editoriales, organizaciones internacionales, asociaciones, agencias de traduccion y de seguimiento de noticias.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que razon tiene y como nos cuesta mantener la calma...muy instructivo.